sábado, 30 de agosto de 2014

Ya no la espero, es inútil hacerlo

Ya no la espero, es inútil hacerlo. Pero esto no quiere decir que no piense en ella, no quiere decir que ayer no me haya llamado, y que no me haya dolido como siempre.

Pero ya no la espero, eso lo sé por fin. Empiezo a convivir con el hecho de que ese mensaje que suena en el móvil, probablemente sea de un colega para tomar unas cañas, no el mensaje en el que me dice que lo siente todo y si podré perdonarla.

Ahora si veo su nombre en la pantalla del móvil, sé que la llamada será para preguntarme cómo estoy, para charlar un rato, no para intentar arreglar lo que ya no tiene arreglo.

Me levanto por las mañanas, ella no está, y ya no pienso que quizás mañana volverá a estarlo. No, ahora sé que con toda probabilidad, ya nunca habrá una segunda parte.

Ayer era el día en el que no iba a salir, en el que cenaba con mi hermano, su novia, mi prima y su marido. Treintañeros apalancados con los que charlar un rato, tomar unas copas y a la una a la cama. Era un buen plan a menos de quince días de los exámenes para los que ni siquiera empecé a estudiar aún. Ponerse serio, responsable, y ala, el sábado a las 10 en pié chapando. Pero como casi siempre me pasa, hubo complicaciones :D

A las una y media o así, justo cuando ya nos íbamos para casa, me llamó un colega diciéndome que estaban en una taberna cercana jugándose copas con el dueño a los dados, y claro, ante tremendo plan, pasé “a tomar una”.

Acabé de copas hasta las ocho de la mañana, momento en el que me fui para casa comiéndome unas gominolas, ya que la noche no dio para algo mejor, aunque he de decir en mi defensa que se intentó, estuve hablando primero yo y un colega, Pelos, con unas veraneantes, que no estaban especialmente receptivas pero tampoco bordes ni parecían aburrirse con nosotros. Después de una hora de conversación o así, las tías desaparecieron del garito diciendo que iban al baño, para encontrárnoslas en el local de al lado al cabo de un rato, coño, ¡que mi pueblo es bastante pequeño chicas!, como se nota que eran de fuera, ¡esa clase de truco funcionará en vuestra ciudad, pero aquí nos vamos a ver diez veces más en la noche!

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